El balonmano es una disciplina deportiva bien compleja que necesita de roce competitivo para su desarrollo. Los mejores elencos del mundo están en Europa, continente donde se compite con gran asiduidad todos los años y por eso logran resultados de mucho nivel. La práctica habitual y el juego constante les dan a los jugadores una maestría deportiva que sólo es posible alcanzar en la cancha de juego.
En Cuba este deporte logró colarse en la élite mundial, principalmente en el sexo masculino, pero desde que comenzó este nuevo siglo ha ido poco a poco perdiendo calidad incluso dentro del área panamericana. Varias son las razones, desde retiros masivos, deserciones de jugadores fundamentales, problemas con los entrenamientos y fundamentalmente la falta de competencias internacionales de nivel.
La Federación Cubana de Balonmano tuvo la excelente idea de crear una Liga Élite que reuniera a los mejores jugadores de Cuba, con el objetivo de suplir la falta de juego, avanzar en el desarrollo de la disciplina e insertar nuevamente nuestras selecciones en las competencias que se desarrollan cada temporada en el circuito mundial. Una lid en la que se muestra las deficiencias en varios de los aspectos de juegos y donde se prepara física y psicológicamente al atleta para los compromisos futuros.
Opino que con esta iniciativa se pueden lograr cada día mejores resultados, teniendo en cuenta la forma de competencia, que nada tiene que ver con los entrenamientos tediosos que se venían realizando en el Cerro Pelado. Comenzar a dominar en los campeonatos regionales hasta llegar a mostrar el nivel de años atrás en el orden mundial es la principal razón de la Liga Élite de Balonmano.
Entre los varones, la liga tuvo una gran acogida y según la Federación Cubana en el torneo se cumplieron todos los objetivos establecidos, superando con creces las expectativas que se habían trazado. Con esta misma tónica se organizó la lid para féminas y la ciudad de Santiago de Cuba fue la sede escogida para el desarrollo de las competencias.
Durante tres meses las 56 mejores jugadoras de balonmano en nuestro país divididas en 4 equipos se enfrentaron entre sí mostrando una gran rivalidad. Pienso que las nóminas estuvieron muy bien balanceadas y los resultados finales así lo demostraron. Varios partidos terminaron empatados y la gran mayoría se decidió por escasos márgenes. Fue una gran oportunidad para ver en acción a estelares jugadoras del equipo nacional cubano.
La representación de Santiago de Cuba terminó en la primera posición en la etapa clasificatoria, seguidas bien de cerca por el fuerte elenco universitario. Estos dos equipos discutirán en un play-off de 3 juegos a ganar 2 el título de esta primera versión de la Liga. En general cada equipo efectuó 21 encuentros y en cada una de la selecciones se destacó una atleta en particular.
Colectivamente sobresalieron las santiagueras, autoras de 775 goles y un promedio de efectiva superior al 60 porciento. Todos los conjuntos sobrepasaron este porciento de tiros a puerta mostrando el nivel tan parejo entre todos. Las indómitas también fueron las mejores en los tiros de contrataque, con un excelente 85 porciento y en balones robados con 93, bastante alejadas de sus más cercanas perseguidoras, las universitarias, quienes robaron 79.
La occidental Maricet Fernández marcó 152 goles y fue la más destacada individualmente. También sobresalieron la central Ahilín Martínez, la estelar universitaria Suleikis Gómez y la anfitriona Arazay Durán, todas principales artilleras de sus respectivos equipos.
Igualmente creo que esta fue una excelente oportunidad para desarrollar a los jóvenes árbitros de esta compleja y difícil disciplina que se han estado preparando en las escuelas de arbitraje. El juego constante les da experiencia y los ayuda a superarse cada día en esta vital profesión. Tanto Manuel Hurtado, presidente de la Federación Cubana de Balonmano, como Senobio Maturell, entrenador principal de la escuadra femenina están muy satisfechos con el resultado de este evento.
La I Liga Élite de Balonmano para damas, ha contribuido en el desarrollo de las practicantes de esta movida disciplina deportiva. La Sala Polivalente Alejandro Urgellés, sede habitual de toda la etapa clasificatoria, ha tenido el privilegio de acoger una lid que en mi opinión llegó para quedarse. Espero que así sea, por el bien del balonmano cubano.
En Cuba este deporte logró colarse en la élite mundial, principalmente en el sexo masculino, pero desde que comenzó este nuevo siglo ha ido poco a poco perdiendo calidad incluso dentro del área panamericana. Varias son las razones, desde retiros masivos, deserciones de jugadores fundamentales, problemas con los entrenamientos y fundamentalmente la falta de competencias internacionales de nivel.
La Federación Cubana de Balonmano tuvo la excelente idea de crear una Liga Élite que reuniera a los mejores jugadores de Cuba, con el objetivo de suplir la falta de juego, avanzar en el desarrollo de la disciplina e insertar nuevamente nuestras selecciones en las competencias que se desarrollan cada temporada en el circuito mundial. Una lid en la que se muestra las deficiencias en varios de los aspectos de juegos y donde se prepara física y psicológicamente al atleta para los compromisos futuros.
Opino que con esta iniciativa se pueden lograr cada día mejores resultados, teniendo en cuenta la forma de competencia, que nada tiene que ver con los entrenamientos tediosos que se venían realizando en el Cerro Pelado. Comenzar a dominar en los campeonatos regionales hasta llegar a mostrar el nivel de años atrás en el orden mundial es la principal razón de la Liga Élite de Balonmano.
Entre los varones, la liga tuvo una gran acogida y según la Federación Cubana en el torneo se cumplieron todos los objetivos establecidos, superando con creces las expectativas que se habían trazado. Con esta misma tónica se organizó la lid para féminas y la ciudad de Santiago de Cuba fue la sede escogida para el desarrollo de las competencias.
Durante tres meses las 56 mejores jugadoras de balonmano en nuestro país divididas en 4 equipos se enfrentaron entre sí mostrando una gran rivalidad. Pienso que las nóminas estuvieron muy bien balanceadas y los resultados finales así lo demostraron. Varios partidos terminaron empatados y la gran mayoría se decidió por escasos márgenes. Fue una gran oportunidad para ver en acción a estelares jugadoras del equipo nacional cubano.
La representación de Santiago de Cuba terminó en la primera posición en la etapa clasificatoria, seguidas bien de cerca por el fuerte elenco universitario. Estos dos equipos discutirán en un play-off de 3 juegos a ganar 2 el título de esta primera versión de la Liga. En general cada equipo efectuó 21 encuentros y en cada una de la selecciones se destacó una atleta en particular.
Colectivamente sobresalieron las santiagueras, autoras de 775 goles y un promedio de efectiva superior al 60 porciento. Todos los conjuntos sobrepasaron este porciento de tiros a puerta mostrando el nivel tan parejo entre todos. Las indómitas también fueron las mejores en los tiros de contrataque, con un excelente 85 porciento y en balones robados con 93, bastante alejadas de sus más cercanas perseguidoras, las universitarias, quienes robaron 79.
La occidental Maricet Fernández marcó 152 goles y fue la más destacada individualmente. También sobresalieron la central Ahilín Martínez, la estelar universitaria Suleikis Gómez y la anfitriona Arazay Durán, todas principales artilleras de sus respectivos equipos.
Igualmente creo que esta fue una excelente oportunidad para desarrollar a los jóvenes árbitros de esta compleja y difícil disciplina que se han estado preparando en las escuelas de arbitraje. El juego constante les da experiencia y los ayuda a superarse cada día en esta vital profesión. Tanto Manuel Hurtado, presidente de la Federación Cubana de Balonmano, como Senobio Maturell, entrenador principal de la escuadra femenina están muy satisfechos con el resultado de este evento.
La I Liga Élite de Balonmano para damas, ha contribuido en el desarrollo de las practicantes de esta movida disciplina deportiva. La Sala Polivalente Alejandro Urgellés, sede habitual de toda la etapa clasificatoria, ha tenido el privilegio de acoger una lid que en mi opinión llegó para quedarse. Espero que así sea, por el bien del balonmano cubano.
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