Un santiaguero marcó pautas en una de las competiciones atléticas más importantes del mundo. Una cita que a pesar de celebrarse por primera vez, llamó la atención de lo que más vale y brilla del deporte mundial, tanto directivos, técnicos, entrenadores y los principales protagonistas: los atletas. Cuba no fue la excepción y participó con los mejores en cada una de las disciplinas donde se clasificó.
Y es que en esta cita estival estuvieron presentes los futuros campeones universales y olímpicos, atletas que desde su participación en este certamen comenzaron a inscribir sus nombres y hazañas en la rica historia del deporte mundial. Un espigado moreno indómito llegó a Singapur con parte de su historia escrita, a pesar de su corta edad, y una vez allí no defraudó a los que lo recibieron con todo los honores.
Este jugador excepcional responde al nombre de Wilfredo León, orgullo de su Santiago natal y de toda Cuba. Pienso que ningún otro atleta de ninguna otra disciplina de las convocadas en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud se presentó en las instalaciones deportivas de esta lid con tanto aval como el voleibolista antillano y por eso fue una de las principales atracciones de los juegos.
Entre autógrafos, fotografías y entrevistas el atacador auxiliar cubano no olvido que fue a Singapur como líder de un conjunto que buscaría a toda costa la conquista el título del Voleibol Masculino y en cada salida a la cancha olímpica de Toa Payoh, León apabulló a sus rivales. Cierto es que su nivel estaba por encima de todos ellos, pero opino que su espíritu de campeón y su entrega en el terreno de juego fueron determinantes en la victoria final.
El santiaguero, figura estelar del equipo de mayores que ha ocupado el cuarto lugar en la Liga Mundial durante los últimos dos años, marcó 110 puntos en cuatro juegos, algo realmente extraordinario. Los más cercanos a él en cuanto a anotación en todo el evento fueron los argentinos Gonzalo Quiroga y Damián Villalba con 64 y 53 puntos respectivamente, bien alejados del León cubano.
Y es que en esta cita estival estuvieron presentes los futuros campeones universales y olímpicos, atletas que desde su participación en este certamen comenzaron a inscribir sus nombres y hazañas en la rica historia del deporte mundial. Un espigado moreno indómito llegó a Singapur con parte de su historia escrita, a pesar de su corta edad, y una vez allí no defraudó a los que lo recibieron con todo los honores.
Este jugador excepcional responde al nombre de Wilfredo León, orgullo de su Santiago natal y de toda Cuba. Pienso que ningún otro atleta de ninguna otra disciplina de las convocadas en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud se presentó en las instalaciones deportivas de esta lid con tanto aval como el voleibolista antillano y por eso fue una de las principales atracciones de los juegos.
Entre autógrafos, fotografías y entrevistas el atacador auxiliar cubano no olvido que fue a Singapur como líder de un conjunto que buscaría a toda costa la conquista el título del Voleibol Masculino y en cada salida a la cancha olímpica de Toa Payoh, León apabulló a sus rivales. Cierto es que su nivel estaba por encima de todos ellos, pero opino que su espíritu de campeón y su entrega en el terreno de juego fueron determinantes en la victoria final.
El santiaguero, figura estelar del equipo de mayores que ha ocupado el cuarto lugar en la Liga Mundial durante los últimos dos años, marcó 110 puntos en cuatro juegos, algo realmente extraordinario. Los más cercanos a él en cuanto a anotación en todo el evento fueron los argentinos Gonzalo Quiroga y Damián Villalba con 64 y 53 puntos respectivamente, bien alejados del León cubano.
Creo que muchos jóvenes lograron hazañas extraordinarias en esta competición, pero la disertación de Wilfredo León hay que encerrarlas entre signos de admiración. Singapur, significa la Ciudad del León en el idioma de aquel país del sudeste asiático, y nadie estuvo tan cómodo como Wilfredo, prácticamente en su hábitat natural y haciendo lo que mejor sabe: jugar voleibol.
Otros cubanos tuvieron resultados favorables en esta lid del voleibol, entre ellos otro santiaguero Yasell Perdomo, tercer mejor anotador de la nómina antillana, aunque bien alejado de su coterráneo. El voleibol cubano, con Wilfredo León como protagonista, completó una extraordinaria labor en los I Juegos Olímpicos de la Juventud donde 26 de los 43 atletas de la delegación regresaron a la Patria con medallas.
Nuevamente el deporte cubano demuestra que es prioridad en nuestro sistema social y sus excelentes resultados internacionales, opino que avalan el desarrollo alcanzado.
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