La XLIX Serie Nacional de Béisbol, el espectáculo deportivo más importante de nuestro país, culminó su etapa clasificatoria ayer con hechos que resaltarán los libros de records de esta competición, que el próximo año cumplirá 50 años. Excelentes jornadas matizaron una de las más peleadas lides en la historia de estos clásicos nacionales, en la que no se supo hasta última hora quienes eran los ocho conjuntos que animarían la postemporada.
Para beneplácito de los que amamos esta disciplina deportiva, a pesar de las adversidades económicas y otras de índole administrativas, tuvimos el honor de disfrutar de varios momentos que quedarán para siempre en la memoria de los fieles seguidores del béisbol cubano. Muchos pensaron que esta nueva versión de la Serie Nacional iba a terminar con más penas que glorias, y los que lo hicieron se equivocaron de punta a cabo.
Soy de la opinión que nunca antes habíamos tenido tanta rivalidad entre las selecciones participantes, tanto en los aspectos colectivos como individuales. Un clásico en el que la ofensiva, a pesar de que los promedios no superaron los del año anterior, marcó pautas para muchos equipos y donde no faltó el batazo más espectacular de la pelota: el jonrón. Con 1498 vuelacercas, a más de dos por partido, se impuso nuevo record nacional con destaque para el equipo de Sancti Spíritus, que con 133 igualmente destrozó la antigua marca en poder de Santiago con 125.
En total 7 equipos sobrepasaron el centenar de jonrones, algo inédito también. En lo individual por primera vez 3 peloteros sobrepasan la cifra de 30 o más batazos de vuelta completa, en el caso de Alfredo Despaigne único en hacerlo en par de ocasiones, ambas consecutivas. Los otros dos toleteros que lograron esa extraordinaria cifra fueron el espirituano Yulieski Gourriel y el joven primera base cienfueguero José Dariel Abreu.
El santiaguero-granmense Despaigne volvió a demostrar que es uno de los mejores jugadores cubanos en la actualidad y no sólo lideró el acápite de los jonrones con 31, sino que fue líder de los bateadores con astronómico average de 404, igualó el record de más dobles en una clasificatoria con 37 y rompió su propia marca de extrabases con 68, seis más que la anterior lograda hace dos años.
Para que se tenga una idea de los impresionantes números de Despaigne, sumando las últimas tres versiones de nuestras series nacionales, acumula 179 extrabases, a más de 60 por temporada, algo que no ha hecho nadie. Con los 128 hits que conectó mantiene igualmente su producción de más de 100 inatrapables por temporada desde que hizo su debut hace seis años. Nada que este toletero es realmente un fuera de serie.
Por su parte Yulieski Gourriel tuvo también una gran serie con sus 30 cuadrangulares y 105 impulsadas, segundo jugador cubano en sobrepasar la cifra de 100 o más CI en un campeonato regular, el primero fue Alexei Bell, recordista con 111. Yulieski forma parte de una poderosa tanda ofensiva que en esta versión muestra resultados increíbles: entre él, Frederich Cepeda y Eriel Sánchez acumularon 74 vuelacercas y 268 carreras impulsadas. Un trío de terror para cualquier pitcher.
El joven José Dariel Abreu mostró potencialidades y fue uno de los pilares en la clasificación de Cienfuegos a la postemporada. José Dariel conectó también 30 jonrones y fue el mejor en slugging del campeonato con 822, su elevado average de 399 lo incluyen igualmente entre los mejores bateadores del país. Este trío de peloteros fue sin dudas lo mejor de esta XLIX Serie Nacional.
Otras grandes marcas implantadas en esta etapa clasificatoria del béisbol cubano fueron el arribo al centenar de jonrones en su trayectoria deportiva del guantanamero Vismay Santos,
el avileño Isaac Martínez y el matancero Yoady Garlobo, así como la misma cifra pero en victorias de los lanzadores Norberto González de Cienfuegos, Vicyohandry Odelin de Camagüey y Angel Peña de Sancti Spíritus. El gigante pinareño Pedro Luis Lazo elevó el record de más éxitos en Series Nacionales con 257 y el incansable capitalino Enrique Díaz ya anda por 95 triples y 709 bases robadas.
Al principal espectáculo cubano aun le quedan ocho equipos en acción y muchas emociones para vivir. Creo que ha sido un gran año para el béisbol nacional, a pesar de no haberse efectuado con tiempo la Liga de Desarrollo, además de otras deficiencias a lo largo de estos casi cuatro meses de competencias. En el elenco santiaguero hubo igualmente excelentes resultados completados con la clasificación a la postemporada. En un próximo comentario abundaré sobre este particular.
Para beneplácito de los que amamos esta disciplina deportiva, a pesar de las adversidades económicas y otras de índole administrativas, tuvimos el honor de disfrutar de varios momentos que quedarán para siempre en la memoria de los fieles seguidores del béisbol cubano. Muchos pensaron que esta nueva versión de la Serie Nacional iba a terminar con más penas que glorias, y los que lo hicieron se equivocaron de punta a cabo.
Soy de la opinión que nunca antes habíamos tenido tanta rivalidad entre las selecciones participantes, tanto en los aspectos colectivos como individuales. Un clásico en el que la ofensiva, a pesar de que los promedios no superaron los del año anterior, marcó pautas para muchos equipos y donde no faltó el batazo más espectacular de la pelota: el jonrón. Con 1498 vuelacercas, a más de dos por partido, se impuso nuevo record nacional con destaque para el equipo de Sancti Spíritus, que con 133 igualmente destrozó la antigua marca en poder de Santiago con 125.
En total 7 equipos sobrepasaron el centenar de jonrones, algo inédito también. En lo individual por primera vez 3 peloteros sobrepasan la cifra de 30 o más batazos de vuelta completa, en el caso de Alfredo Despaigne único en hacerlo en par de ocasiones, ambas consecutivas. Los otros dos toleteros que lograron esa extraordinaria cifra fueron el espirituano Yulieski Gourriel y el joven primera base cienfueguero José Dariel Abreu.
El santiaguero-granmense Despaigne volvió a demostrar que es uno de los mejores jugadores cubanos en la actualidad y no sólo lideró el acápite de los jonrones con 31, sino que fue líder de los bateadores con astronómico average de 404, igualó el record de más dobles en una clasificatoria con 37 y rompió su propia marca de extrabases con 68, seis más que la anterior lograda hace dos años.
Para que se tenga una idea de los impresionantes números de Despaigne, sumando las últimas tres versiones de nuestras series nacionales, acumula 179 extrabases, a más de 60 por temporada, algo que no ha hecho nadie. Con los 128 hits que conectó mantiene igualmente su producción de más de 100 inatrapables por temporada desde que hizo su debut hace seis años. Nada que este toletero es realmente un fuera de serie.
Por su parte Yulieski Gourriel tuvo también una gran serie con sus 30 cuadrangulares y 105 impulsadas, segundo jugador cubano en sobrepasar la cifra de 100 o más CI en un campeonato regular, el primero fue Alexei Bell, recordista con 111. Yulieski forma parte de una poderosa tanda ofensiva que en esta versión muestra resultados increíbles: entre él, Frederich Cepeda y Eriel Sánchez acumularon 74 vuelacercas y 268 carreras impulsadas. Un trío de terror para cualquier pitcher.
El joven José Dariel Abreu mostró potencialidades y fue uno de los pilares en la clasificación de Cienfuegos a la postemporada. José Dariel conectó también 30 jonrones y fue el mejor en slugging del campeonato con 822, su elevado average de 399 lo incluyen igualmente entre los mejores bateadores del país. Este trío de peloteros fue sin dudas lo mejor de esta XLIX Serie Nacional.
Otras grandes marcas implantadas en esta etapa clasificatoria del béisbol cubano fueron el arribo al centenar de jonrones en su trayectoria deportiva del guantanamero Vismay Santos,
el avileño Isaac Martínez y el matancero Yoady Garlobo, así como la misma cifra pero en victorias de los lanzadores Norberto González de Cienfuegos, Vicyohandry Odelin de Camagüey y Angel Peña de Sancti Spíritus. El gigante pinareño Pedro Luis Lazo elevó el record de más éxitos en Series Nacionales con 257 y el incansable capitalino Enrique Díaz ya anda por 95 triples y 709 bases robadas.
Al principal espectáculo cubano aun le quedan ocho equipos en acción y muchas emociones para vivir. Creo que ha sido un gran año para el béisbol nacional, a pesar de no haberse efectuado con tiempo la Liga de Desarrollo, además de otras deficiencias a lo largo de estos casi cuatro meses de competencias. En el elenco santiaguero hubo igualmente excelentes resultados completados con la clasificación a la postemporada. En un próximo comentario abundaré sobre este particular.
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