El equipo cubano de voleibol rama masculina demostró sus
potencialidades en esta difícil disciplina deportiva y contra todos los
pronósticos se agenció las medallas de bronce la Liga Mundial. En este elenco
tres santiagueros fueron figuras fundamentales en los resultados obtenidos.
Sin dudas el jovencito Wilfredo León, Capitán del
conjunto y bujía inspiradora entre sus compañeros, llevó la voz cantante. El
Rey León, como cariñosamente le llaman, una vez más dio muestras de su talento
e el deporte de la malla alta y con sus potentes remates y efectivos saques
desestabilizó las defensas de los mejores equipos del mundo.
León fue el líder en el servicio en la etapa
clasificatoria y segundo entre los máximos acumuladores de puntos sólo superado
por el opuesto búlgaro Tsvetan Sokolov. En la final celebrada en Sofía, capital
de Bulgaria, culminó tercero en el saque y fue el que más unidades acumuló
entre los antillanos. Pienso que sin dudas Wilfredo León se ha convertido en
uno de los mejores jugadores del mundo en este momento.
Otro que se destacó fue el auxiliar palmero Yenry Bell,
todo el tiempo acompañando a Léon en la difícil tarea de la recepción y con un
buen porcentaje en el ataque. Bell es uno de los jugadores más veteranos de la
actual selección nacional y su experiencia ayudó en los momentos cruciales de
partidos bien reñidos.
El pasador Lian Sem Estrada también cumplió su cometido
desde su posición de suplente, sobre todo en el servicio. En general creo que
estuvieron a la altura de los meores equipos del orbe y el resultado fue un
merecido tercer lugar. Ahora deben
trabajar aún más fuerte para lograr la maestría deportiva y regalar más
victorias a la afición de voleibol en Cuba.
En la selección femenina igualmente se han destacado
varias santiagueras, pero ese será el tema de un próximo comentario.
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