El deporte moderno se ha convertido en un negocio bastante lucrativo. Firmas, sponsor, clubes y asociaciones representan a los más grandes atletas del universo en cualquier disciplina deportiva y de las ganancias que estos puedan ofrecer dependerá sus resultados competitivos.
El dinero mueve hoy la actividad física del alto rendimiento, desde un simple entrenamiento hasta la construcción de una nueva instalación deportiva. Todos los recursos puestos a funcionar en torno al desarrollo del potencial humano y por supuesto del enriquecimiento de muchos.
El movimiento deportivo cubano, reconocido a nivel mundial, nunca ha tratado al deportista como una mercancía. Las más disimiles carencias han tenido que soportar los atletas de esta isla, recrudecidas por el férreo bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos a Cuba desde hace medio siglo.
Cuba tiene limitaciones para adquirir implementos deportivos de uso obligatorio de acuerdo con los reglamentos oficiales de federaciones internacionales, debido a que la mayor parte de estos son producidos por compañías estadounidenses y por las restricciones no se pueden comprar
Implementos de las Marcas Louisville, Wilson, Rawlings y Speedo deben ser compradas a través de terceras naciones, trayendo consigo que el costo se duplique. Las disciplinas más afectadas son el atletismo, beisbol, el tiro con arco, los deportes acuáticos y muchos otros.
Varios eventos deportivos desarrollados en Cuba sufren afectaciones como consecuencia del bloqueo. Muchos deportistas estadounidenses se ven imposibilitados de participar en competiciones en el mayor archipiélago de las Antillas, imposibilitando de esta manera el necesario fogueo de nuestros deportistas.
Sólo en Santiago de Cuba existen más de 10 Combinados Deportivos y varios gimnasios de cultura física. La mayoría presenta serias afectaciones y son muy difíciles de recuperar debido el veto para tener acceso a nuevos módulos en el mercado estadounidense.
Las pérdidas causadas por el injusto bloqueo han provocado un deterioro en la pirámide del alto rendimiento que impide el desarrollo de los nuevos talentos.
El dinero mueve hoy la actividad física del alto rendimiento, desde un simple entrenamiento hasta la construcción de una nueva instalación deportiva. Todos los recursos puestos a funcionar en torno al desarrollo del potencial humano y por supuesto del enriquecimiento de muchos.
El movimiento deportivo cubano, reconocido a nivel mundial, nunca ha tratado al deportista como una mercancía. Las más disimiles carencias han tenido que soportar los atletas de esta isla, recrudecidas por el férreo bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos a Cuba desde hace medio siglo.
Cuba tiene limitaciones para adquirir implementos deportivos de uso obligatorio de acuerdo con los reglamentos oficiales de federaciones internacionales, debido a que la mayor parte de estos son producidos por compañías estadounidenses y por las restricciones no se pueden comprar
Implementos de las Marcas Louisville, Wilson, Rawlings y Speedo deben ser compradas a través de terceras naciones, trayendo consigo que el costo se duplique. Las disciplinas más afectadas son el atletismo, beisbol, el tiro con arco, los deportes acuáticos y muchos otros.
Varios eventos deportivos desarrollados en Cuba sufren afectaciones como consecuencia del bloqueo. Muchos deportistas estadounidenses se ven imposibilitados de participar en competiciones en el mayor archipiélago de las Antillas, imposibilitando de esta manera el necesario fogueo de nuestros deportistas.
Sólo en Santiago de Cuba existen más de 10 Combinados Deportivos y varios gimnasios de cultura física. La mayoría presenta serias afectaciones y son muy difíciles de recuperar debido el veto para tener acceso a nuevos módulos en el mercado estadounidense.
Las pérdidas causadas por el injusto bloqueo han provocado un deterioro en la pirámide del alto rendimiento que impide el desarrollo de los nuevos talentos.